El trabajo híbrido es la entrada a un nuevo paradigma que permitirá a los negocios priorizar la salud, detonar la productividad e incentivar la innovación.
Durante el último trimestre del 2020 y gran parte de 2021, como parte de las medidas de aislamiento social derivadas de la pandemia, 74% de los trabajadores alrededor del mundo ejercían sus labores de forma remota, es decir, casi 2,500 millones de personas en el planeta tuvieron que adaptar sus horarios, su rutina y sus espacios personales para poder trabajar desde casa o en un formato de trabajo híbrido.
Por otro lado, las organizaciones se enfrentaron al reto de habilitar a esa fuerza laboral para poder desempeñar tareas fuera de la oficina, incrementando el despliegue de soluciones de conectividad, colaboración, visibilidad, logística y acceso en sus sistemas, una transición significativa para todo tamaño de negocios.
En México, esto representó una aceleración de la transformación digital, con 9 de cada 10 empresas apostando más agresivamente por este tipo de estrategias. Sin embargo, con la perspectiva de reabrir los espacios de trabajo tradicionales y encarar la nueva normalidad, ¿dejamos atrás los maratones de videoconferencias y los documentos colaborativos en tiempo real?, ¿nos despedimos de la computadora y volvemos a hacer cuentas y escribir reportes con papel y lápiz?
La realidad es que, aunque no exento de retos, 2020 y 2021 marcaron un antes y un después para la digitalización empresarial. Y hablamos de un camino sin vuelta atrás. Claro que las labores análogas no han muerto, siempre existirán ciertos procesos que requerirán de la creatividad, el cuidado y la experiencia de la maniobra humana, pero con todo el potencial tecnológico que tienen las organizaciones a su disposición, tenemos a nuestros pies un momento de evaluación y balance, donde podemos obtener lo mejor de ambos mundos.
Un ejemplo claro de esto radica en las estrategias de reapertura, que, por supuesto toman en cuenta los avances y beneficios obtenidos de la implementación del trabajo remoto, para construir entornos laborales híbridos que compenetren productividad con seguridad. Tales estrategias, más allá de la infraestructura operativa, que ya demostró funcionar más allá de un espacio físico, también pueden aprovechar la digitalización para encaminarse hacia la oficina inteligente.
Hoy, los líderes de negocio ya no hablan solo de jabón y sanitizante cuando planean el regreso a las oficinas, pueden aprovechar esta fortalecida relación con la tecnología para salvaguardar más eficientemente la salud de sus colaboradores. A nivel software y aplicaciones, nos encontramos casi de cajón con el ya popular contact tracing o rastreo de contacto, una solución que da visibilidad a la interacción entre el personal para poder identificar posibles casos o curvas de infección.
Del mismo modo, aprovechando este tipo de plataformas, empleados y supervisores pueden agendar visitas a la oficina, reservar cubículos o salas de trabajo y desplegar encuestas que permitan conocer un poco mejor como se sienten los trabajadores al regresar en la llamada nueva normalidad.
Esto definitivamente suena conveniente y práctico, un recurso casi imperceptible, como debe ser la buena tecnología. Detrás de bambalinas, la historia habla de innovaciones que hace cuestión de meses podrían sonar casi imposibles: Automatización, Análisis de Datos, Visión Espacial.
Esta primera etapa de implementación permitirá que más adelante las organizaciones puedan integrar tecnología de vanguardia más fácilmente. Actualmente 89% de los líderes de negocio señala que la pandemia ha demostrado la necesidad de una TI más ágil y escalable para responder ante contingencias, mientras que 80% tiene confianza en proveer un entorno laboral seguro, implementando algunas medidas, entre las que se encuentran flexibilizar los horarios, reconfigurar estaciones de trabajo y adoptar nuevas tecnologías en la operación empresarial.
La integración de este tipo de soluciones es solo el principio, la entrada a un nuevo paradigma que permitirá a los negocios priorizar la salud, detonar la productividad e incentivar la innovación, creando entornos híbridos que empoderen a las personas para dejar atrás los procesos complejos, riesgosos y repetitivos para explotar su verdadero potencial con ayuda de la tecnología. Es hora de mirar al futuro y pensar que la era de las empresas inteligentes está a la vuelta de la esquina.